Protección contra la oxidación y corrosión en aceros

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Uno de los aspectos importantes en el manejo del acero es dotarlo de toda la protección contra la oxidación, pues ese proceso debilita la resistencia y reduce la durabilidad del objeto hecho con alguna clase de metal. Uno de esos materiales es el acero, un producto que puede oxidarse por la exposición a factores ambientales.

La vida natural del acero comienza al fusionar un alto porcentaje de Hierro con pequeñas cantidades de Carbono a una temperatura promedio de 1.375 °C. Aunque existen otros tratamientos para crear el material y protegerlo contra las condiciones naturales del ambiente, es bien sabido que los metales, con el paso del tiempo, vuelven a su origen mineral dando paso a la aparición de oxidación y corrosión.

Además, los elementos naturales también terminan por oxidar el metal, proceso donde un ión otorga electrones y es el causante de crear las condiciones de oxidación en productos hechos con metal.

Esto es un grave problema en casos donde se utilice el acero como conductor de electricidad, pues tendría varias fallas al conducirla, en situaciones estéticas como rejas de acero instaladas en propiedades, ya que el color café del óxido rompería con la colorimetría del espacio o en construcciones con acero de zonas cercanas al mar, donde se reduciría su durabilidad y resistencia en la estructura.

¿Qué se puede hacer para aumentar la durabilidad del acero?

Debido a que es imposible eliminar el proceso de oxidación en el acero, las empresas acereras han trabajado durante años para evitar ese problema en los productos comercializados. Por ello, la solución actual es dar un tratamiento al acero mediante la protección catódica.

El proceso de recubrimiento catódico es una técnica aplicada a metales con la finalidad de controlar la corrosión. Este método cubre la superficie de acero con otro metal más anódico (con mayor tendencia a la oxidación) de forma en que el acero no se vea afectado por los factores corrosivos y naturales del medio ambiente pues la capa del metal superpuesta absorbe los daños. De esta manera, el acero puede ser cubierto con zinc, el cual se oxidará y mantendrá al acero intacto a la corrosión, este recubrimiento es conocido tradicionalmente como galvanizado

Existen diversos métodos para la protección contra la oxidación del acero como la inmersión de la pieza en un baño de zinc con una temperatura de 450ºC. También se puede realizar el procedimiento por etapas, donde se desengrase, lave, decape, hacer el fluxado y secado del acero antes de introducirlo en el baño de zinc.

Asimismo, hay una protección extrema que, además de realizar el recubrimiento catódico, incluye una capa defensiva cuando comienza el proceso de oxidación. Es decir, al proteger el acero con el otro metal, los productos o residuos generados por la corrosión de la cubierta ayudan a generar una capa adicional que defiende al acero del aire y humedad ambiental, retardando con mayor éxito la oxidación y corrosión del acero.

Definitivamente, la solución ideal para evitar una reducción en la durabilidad, resistencia y aprovechar todas las ventajas del acero es la protección otorgada por el recubrimiento XTREME porque otorga el máximo poder contra la corrosión por oxidación, alargando su vida útil y obteniendo un producto con la mejor calidad en la industria acerera.

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